María Francisca Hevia Blanco, casada, madre de dos hijos, profesora de Educación Infantil en el Colegio de San Nicolás. Una vida feliz que cambió el 1 de julio de 2008 cuando como consecuencia de un accidente de circulación se le rompió una vértebra. Ahora trabaja por romper barreras y apoyar al colectivo de discapacitados....
María Francisca Hevia Blanco siempre sonríe. De niña, cuando era muy inquieta y no paraba de jugar y disfrutar con todas las sensaciones; de adolescente, como madre y como esposa, como profesora y como voluntaria de la Asociación de Discapacitados Físicos de Avilés. El hilo de su sonrisa y las carcajadas que, a cada dos frases suelta, cosen sus dos vidas.
La primera de ellas comienza en Avilés, donde nació en 1964 y vivió una infancia y juventud normal, «de la época». A los diez años descubrió que, de mayor, sería maestra. «Una profesora, Sor Juana, me ayudó a creer en mí misma. Me dije que hacían falta profesores así, que motivasen a los niños, y decidí ser profesora. Soy una maestra totalmente vocacional».
Trabajó en una herboristería antes de ser profesora de Religión en Luarca hasta que se incorporó al Colegio Parroquial de San Nicolás de Avilés en Educación Infantil . «Estaba totalmente vinculada al proyecto educativo, era muy rico. Lo compartía al 100%», comenta. En su tiempo libre, Mari Fran, como la llaman los amigos, colaboraba en el Comité de Solidaridad Óscar Romero, «siempre apoyé a Hispanoamérica»...
Continua...
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A Mari Fran la conocí después de sucederle tan desafortunado desenlace y a Marga ya fallecida me unía una complicidad más fluida que con Mari Fran, ambas paraplégicas, no tetras dentro del mal trago, un punto a favor.
Es muy duro despertar un día y encontrarse con la realidad, volviendo a nacer de nuevo, y aun asimilándolo desde un principio se necesitan años para ser decano y poder afrontar el duelo, como algo que ha sucedido por circunstancias varias y que es tan normal y natural su continuidad como la vida misma...
Tenía archivada la noticia de la prensa local desde que había salido y ayer por casualidad volvió a recaer en mis manos y aunque paso bastante tiempo el otro yo interior me sugerió compartirla, para que de alguna manera, cuando percibamos que no hay bastante aire a nuestro alrededor para respirar o tengamos la sensación de que nos ahogamos en un vaso de agua por decirlo de algún modo, nos paremos a pensar en estos otros seres dignos de mención, que luchan incansablemente cada amanecer para salir a delante, sin encontrar una respuesta admisible a tantas preguntas que se han quedado en la pendiente del pasado, porque el Señor y las consecuencias del destino así lo han decidido...Poner a prueba la capacidad de sacrificio el resto de sus días, mientras haya un latido de vida en sus corazones...
Mari Fran tuvo el accidente hace cuatro años y cuando con ella me encuentro veo la sombra de la melancolía en la comisura de sus ojos, al igual que la veía antes en los de Marga, que aunque tenía unos medios de vida confortables no lo eran tanto los afectivos, porque los primeros días y meses todo son bendiciones y aplausos de quienes comparten el día a día, pero según va pasando el tiempo el olvido y la soledad van causando estragos en los corazones ausentes de cariño, hasta que un día se apagan abandonándose y rindiéndose ante la cruenta realidad...Algo que a veces, los compañeros de viaje ni los hijos saben cubrir con un simple te quiero, sin dejarlo solo a cargo de las madres!!
No quiero que este contenido siembre tristeza, solo pretendo ser consciente de que al otro lado del telón de los acontecimientos hay otras muchas personas que sus vidas no fueron o son muy afortunadas, y no por ello sus diferentes capacidades les impiden ser felices sin apenas lanzar una queja al viento...Haciendo de sus casas un nido de amor y de la convivencia diaria, mi más completa admiración!!
Amigos os envío un abrazo de ternura desde la distancia, con la mano en el corazón deseo que paséis, una semana magnifica!!
